Se escucha mucho entre los padres de familia que los niños y adolescentes de ahora nacieron aprendidos. Que llegaron con el celular y el computador debajo del brazo.
Y empiezan las preocupaciones: que ese muchacho no se despega de ese aparato, que ya no saca tiempo para las tareas, que va perdiendo el año y es por culpa de esa tecnología.
Para Andrés Ochoa, coordinador de Formación Docente de la Secretaría de Educación de Medellín, cuando irrumpe un fenómeno tan drástico como la tecnología en una cultura, siempre hay lugar a discusiones.
"Lo mismo que vemos ahora pasó con la televisión, incluso con la radio, es cuestión de adaptarse". Sin embargo, en esta oportunidad los dispositivos móviles generan más curiosidad que rechazo por parte de los adultos. Un punto a favor.
El coordinador opina que hay que tener una posición instructiva y constructiva con este tipo de fenómenos que apenas empiezan a despuntar en las nuevas generaciones, "no se puede generar una casería de brujas".
Doris Adriana Ramírez, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia y coordinadora académica del grupo Didáctica y Nuevas Tecnologías, opina que lo importante en el uso de los smartphones y los computadores dentro del aula, es que el profesor tenga objetivos claros.
"No es lo mismo usar un tablero que usar un computador o alguna de las redes sociales, que son herramientas, porque las redes las crean las personas, y eso lo debe hacer un maestro", acuña Ramírez.
Y es que en palabras de los expertos, en este momento explicar un tema escolar, puede ser de matemáticas o de ciencias naturales, rayando en un tablero, no es lo mismo que hacerlo mediante las ayudas que presta la tecnología: videos, conferencias, animaciones y grupos en las redes sociales.
"Hemos estado concentrados y creyendo, que las interacciones que nos ofrece la web son solo para subir fotos y comentar estados, pero el maestro puede usar esas herramientas, puede generar recursos, subir videos educativos, generar conocimientos, crear grupos, hacer preguntas".
Finalmente, Ochoa cree que no es necesario que los contenidos digitales estén una cátedra para que los profesores aprendan a manejarlos, porque estos se convierten, fácilmente en algo habitual. "Hay que aprovechar que por esos medios hay acceso a todo, y el conocimiento parece que se vuelve ilimitado".
En conclusión, las tecnologías que llegan no son malas, pero sí necesitan una dirección por parte de los profesores y los padres, para que se les pueda dar a estas un enfoque, además de entretenido, de aprendizaje.
consultado:
No hay comentarios :
Publicar un comentario